Raf Simons es sin duda el diseñador que más cobertura recibió en la semana de la alta costura en París. Su debut al mando de Dior causó muchísima expectativa, pero más que analizar la colección en sí, me interesa lo que sucede en cuanto al cambio y el futuro de la alta costura, interpretando la entrada del belga como aires de renovación no sólo para Dior si no a nivel global en la industria.

En palabras del propio Simons, la idea es guiar la entrada de Dior couture a los nuevos tiempos, respetando la carga histórica que representa la alta costura pero reinterpretada en los tiempos actuales, un asunto de gestos y  actitudes, en su opinión.

Viendo la colección, creo que la balanza se inclinó peligrosamente hacia su ex casa Jil Sander y su siempre pulcro estilo al diseñar, alejándose bastante de lo que Galliano hacía en Dior. Pero pedirle a Raf Simons que continué con la línea que John Galliano había impreso con éxito en Dior, es querer mezclar agua y aceite. En mi opinión la alta costura es menos Simons y más Galliano. Esperando el ajuste del querido Raf dentro de su nueva casa es que me he puesto a pensar en si existe cabida para el haute couture en nuestros tiempos. Cada vez son menos las marcas que se dan el trabajo de producir estas colecciones pues son muy poco prácticas en cuanto a ventas y usabilidad, pero lo que les falta en esos items les sobra en belleza y fantasía, algo primordial para construir la identidad de marca, un imaginario visual instantáneo con el que asociamos estas creaciones.

Ahí es cuando pienso en una diseñadora que en mi opinión conjuga las características que parecen estar faltando en el couture en la actualidad. Es Iris van Herpen, quien logra piezas increíbles con tecnologías del presente y materiales impensados en la vestimenta, lo que da lugar a nuevas siluetas y vestidos que parecen sacados de otra galaxia. Van Herpen podría ser un camino si de actualizar e innovar se trata en alta costura, respetando el efecto majestuoso que estas creaciones poseen pero con propuestas, siluetas y tecnologías completamente nuevas ¿podrá ser ella el salvavidas que la agonizante alta costura estaba esperando?

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